Tendencias del consumidor tras la COVID-19

Artículo actualizado 4 años por AdminBilnea

¿Cómo nos ha hecho cambiar la COVID-19?

El Coronavirus SARS-CoV-2 también conocido como COVID-19 ha supuesto un antes y un después para nuestra sociedad a todos los niveles. La forma de entender nuestra realidad ha cambiado, afectando así a nuestra forma de relacionarnos, trabajar y consumir.

Sin duda, desde que el 13 de Marzo se decretó el Estado de Alarma a nivel nacional, se han ido aconteciendo numerosas medidas y hechos que han influido en nuestra forma de vivir. Ahora, inmersos en una “Nueva normalidad” nos preguntamos: ¿Cómo nos ha cambiado esta pandemia?

La respuesta a esta pregunta es complicada e irá adquiriendo nuevos matices, según pase el tiempo. Pero, actualmente, ya hemos percibido algunas tendencias que caracterizan al nuevo consumidor post COVID-19.

 

5 Tendencias que definen al nuevo consumidor post COVID-19

 

• Digitalización:

  El distanciamiento social, principal medida de seguridad y prevención respecto al virus, se ha convertido en el mejor aliado de la compra online. El nuevo consumidor post COVID-19 valora la seguridad y encuentra en los ecommerce el entorno más seguro.Sin duda, el confinamiento ha supuesto una oportunidad para la digitalización. Muchos consumidores fieles al consumo tradicional en establecimientos físicos, se han visto obligados a darle una oportunidad a la compra online y han podido conocer las bondades de comprar desde casa de forma rápida, cómoda y segura.

  Ahora más que nunca, la digitalización se convierte en un aspecto clave, sin excepción. 

• Responsabilidad:

  El consumidor ha recapacitado y valora más que nunca la responsabilidad individual y colectiva.  El respeto por el medio ambiente y la apuesta por la sostenibilidad se potencia y en este contexto, nace una nueva oportunidad para el comercio local como motor de la economía.

• Optimización del presupuesto:

  Esta situación ha supuesto para gran parte de la población un descenso en sus ingresos mensuales. Así, el consumidor vuelve a salir pero con un presupuesto más limitado que debe saber optimizar. Por ello, la búsqueda de las ofertas se potencia más que nunca y ante un futuro, todavía incierto, el consumidor se vuelve más racional, cauto y previsor y el componente económico adquiere una importancia fundamental.

• Nuevos métodos de pago:

  Durante estos meses, el pago con dinero metálico se ha catalogado como una acción de riesgo a evitar. Esto ha hecho que muchos consumidores prescindan del dinero en metálico y elijan aquellos comercios que permiten el pago a través de métodos telemáticos: Tarjeta de crédito, paypal, transferencia e incluso Bizum. Tal y como veíamos con la compra online, los consumidores se han visto obligados a hacer uso de métodos de pago que eviten el contacto y de este modo, han conocido nuevas alternativas cómodas y seguras que en muchos casos, habrán llegado para quedarse en sus hábitos de consumo.

• Horario y reservas:

  El nuevo consumidor se ha visto obligado a acostumbrarse a una nueva normalidad en la que no hay cabida para el azar o la improvisación. El aforo limitado y las medidas de seguridad que priorizan el distanciamiento social han hecho que se haga indispensable la reserva previa de los servicios. Desde las peluquerías y los centros de estética hasta las discotecas, pasando por los restaurantes se han sumado a la dinámica de reservas. Por ello, los usuarios que no efectúen la reserva de su espacio por un tiempo determinado tendrán altas probabilidades de no poder disfrutar del servicio en el momento deseado.Esto puede suponer para los locales una oportunidad de mejora para la optimización de sus recursos que contrarresta el contra de aprovechamiento de espacio de sus locales.

  Si algo hemos aprendido tras esta situación excepcional es que la capacidad de adaptación y la flexibilidad son claves. Ante este nuevo panorama y este nuevo consumidor, las empresas deben adaptarse y sumarnos al cambio de forma rápida y efectiva. El ritmo ha cambiado y el futuro es ahora.